jueves, 13 de noviembre de 2014

Terrorismo de estado 1980 - 2000


Durante los 20 años de violencia política y guerra interna que vivió nuestro país, la sociedad civil fue víctima de innumerables abusos y violaciones por parte de ambos bandos de la guerra. Pobladores, estudiantes, niños, hombres y mujeres, se hallaron en este fuego cruzado dando como resultado enormes cifras de muertos y desaparecidos. La CVR luego de una intensa investigación y de recoger innumerables declaraciones de los actores de este capítulo oscuro de nuestra historia, pudo elaborar un informe final, con cifras bastante exactas y sobre todo rescatar la verdad de los hechos, que servirán como un recordatorio para no olvidar. En el siguiente informe, daremos una breve descripción de los hechos más resaltantes de lo que aconteció en todos esos 20 años.

Durante todo el periodo de violencia, se formaron tres principales de grupos a los cuales se atribuyen diversos casos de asesinatos y desapariciones.


Los Sinchis En el gobierno de Belaunde, las acciones contrainsurgentes estaban principalmente a cargo de los “sinchis”, cuerpo especial de policías antisubversivos organizado en la base de Mazamari, cerca de Satipo. Ellos habían aniquilado las guerrillas de los 60’s. 

Comando Rodrigo Francofue un Comando paramilitar y escuadrón de la muerte que surgió y funcionó durante el gobierno aprista de Alan García, como un aparato para eliminar y amedrentar sospechosos de terrorismo en un contexto de agudización de la violencia política en el Perú.
Fue duramente cuestionado por sus amenazas, crímenes y ejecuciones extrajudiciales no solo contra sospechosos de terrorismo, sino también contra miembros de la oposición.
El informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación dado en el 2003, permite suponer que los casos del frustrado atentado contra el Diario Marka, el asesinato del abogado Manuel Febres Flores (a la sazón Defensor de Osman Morote) y el asesinato del líder sindical Saúl Cantoral Huamaní, entre otros, fueron llevados a cabo por integrantes del llamado Comando Rodrigo Franco, quienes estuvieron presumiblemente dirigidos por Agustín Mantilla, entonces ministro del Interior.

Grupo Colina fue un grupo paramilitar cuyos miembros operaron en el Perú en distintos destacamentos desde los años 80' hasta inicios de la década de 1990. Durante el gobierno de Alan García operaron grupos con similar modus operandi, como el Comando Rodrigo Franco.  El grupo fue dirigido por el capitán del Ejército Peruano, Santiago Martín Rivas. El grupo fue parte de una estrategia denominada Guerra de baja intensidad, y aún está en discusión si dicha estrategia fue o no política del Gobierno de turno.

A continuación mencionaremos los casos más sonados sobre la violencia con que actuaron las fuerzas del ejercito y policía, contra civiles inocentes, principalmente ocurridos en la zona de Ayacucho y los más mediáticos en la zona de Lima

La masacre de Accomarca
Fue llevada a cabo el 14 de agosto de 1985 en el poblado de Accomarca, en Ayacucho, por el Ejército del Perú contra una supuesta base de formación terrorista de Sendero Luminoso. El pueblo entero fue borrado del mapa luego de la sistemática tortura y violación de su población

separaron a hombres, mujeres y niños para encerrarlos en tres viviendas a pesar de las súplicas de los comuneros. Luego violaron a todas las mujeres y seguidamente mataron a todos los pobladores: les dispararon, les arrojaron granadas y, por último, prendieron fuego a las casas con todos los ocupantes (muertos o heridos) dentro. De las 69 víctimas ejecutadas, 30 eran niños, 27 mujeres y 12 hombres.


El caso Cabitos
Desde el cuartel militar Domingo Ayarza, más conocido como Los Cabitos 51, se dirigió e implementó la lucha contra Sendero Luminoso. Asimismo, constituyó un lugar de detención ilegal, tortura, desaparición forzada y ejecución extrajudicial. Fue el centro neurálgico de una política de violación masiva de los derechos humanos, ejecutada con total impunidad contra la población ayacuchana.

No se sabe cuantos seres humanos fueron llevados a Los Cabitos, torturados y asesinados, sin ningún proceso judicial y cuyos cuerpos fueron quemados en el horno que existe todavía en La Hoyada al lado del cuartel. Los forenses han probado los huesos de 109 personas, pero esto no es un número exacto sé teme que sean más.

Cayara
E l 14 de mayo de 1988, un grupo de militares entró al pueblo de Cayara y asesinó a Esteban Asto Palomino. Luego detuvieron a un grupo de comuneros y encerraron a cinco de ellos en una iglesia donde se les disparó. Sus cadáveres fueron hallados en Quinsahuayco.
Al enterarse que la mayor parte de los pobladores de Cayara se encontraban en la localidad de Ccechua, se dirigieron a dicha zona. Allí, reunieron a los campesinos y los culparon del ataque a la patrulla. Tras haberlos torturado, asesinaron a 20 comuneros en presencia de mujeres y niños.

Huanta 84

Las fosas encontradas en Pucayacu el 22 de agosto de 1984, guardan relación con el Caso de Jaime Ayala, no sólo porque las responsabilidades de estos crímenes recaen en altos mandos militares, sino además porque los responsables mediatos de violaciones derechos humanos en Huanta, a fin de encubrir sus crímenes, ejecutaron y enterraron clandestinamente 50 cuerpos en la zona de Pucayacu.

Desaparición Forzada de 59 ciudadanos de la Provincia de Huanta

Según señala la Comisión de la Verdad y Reconciliación, desde el segundo semestre del año 1983, y particularmente durante 1984, la población campesina del valle de Huanta  (en concreto los distritos de Luricocha, Iguaín y Huanta) fueron objeto de lo que se conoce como una “dragonada” de parte de la Infantería de Marina. Es decir, un despliegue militar aparatoso, con  tanquetas incluidas, contra campesinos desarmados, sin mediar ningún tipo de diálogo con sus autoridades, ocupando escuelas, locales comunales y capillas, con un alto saldo de secuestros y ejecuciones extrajudiciales, en momentos en que los senderistas al parecer se habían replegado a las punas y la selva del Valle del Río Apurímac.
En estas comunidades, en 1984, la Infantería de Marina implementó  acciones represivas con un alto grado de violencia  indiscriminada.
El caso es llevado por la Primera Fiscalía Penal Supraprovincial de Ayacucho, la que decidió iniciar el proceso judicial el 16 de diciembre de 2011, mediante Auto Ampliatorio de Apertura de Instrucción.


Barrios Altos

El 3 de noviembre de 1991, en el Jirón Huanta No. 840 de Barrios Altos, seis miembros del Grupo Colina asesinaron a 15 personas y dejaron a otras 4 con heridas graves, mientras celebraban una pollada para recaudar fondos con el fin de reparar algunas tuberías de desagüe.

El 15 de noviembre de 1991 el Congreso nombre una Comisión Investigadora que no pudo hacer su labor debido al cierre del Congreso como consecuencia del autogolpe de Fujimori el 5 de abril de 1992.



La Cantuta

El 18 de julio de 1992, miembros del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) y de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINTE), entre ellos, Santiago Martín Rivas y otros integrantes -en su mayoría del denominado Grupo Colina- irrumpieron, encapuchados y armados, en las viviendas de estudiantes y profesores de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta.

Los detenidos fueron: Bertila Lozano Torres, Dora Oyague Fierro, Luis Enrique Ortiz Perea, Armando Richard Amaro Cóndor, Robert Edgar Teodoro Espinoza, Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino Rosales Cárdenas, Juan Gabriel Mariños Figueroa y el catedrático Hugo Muñoz Sánchez.

Los cadáveres de las víctimas fueron enterrados clandestinamente, y recubiertos con cal en tres fosas en la zona denominada Cerro Santa Rosa, Km. 1.5 de la autopista Ramiro Prialé, propiedad de Sedapal.


Posteriormente, y a raíz de una denuncia pública formulada por el congresista Henry Pease, los autores materiales del asesinato procedieron a desenterrar los cuerpos, incinerarlos y trasladarlos a nuevas fosas clandestinas, ubicadas en Chavilca, Cieneguilla.

El Fronton

En la madrugada del 18 de junio de 1986, los internos de Sendero Luminoso iniciaron un motín en el Pabellón Azul de la isla penal de El Frontón, en el Callao. Simultáneamente, se realizaron motines en el penal de San Juan de Lurigancho y en el Penal de Mujeres Santa Bárbara pues denunciaron un intento de “genocidio” bajo el pretexto del traslado a una prisión de alta seguridad y régimen estricto en Canto Grande.

Por la tarde del 18 de junio, el entonces viceministro del Interior, Agustín Mantilla, llegó al penal y ordenó la suspensión del diálogo con los internos por orden expresa, según dijo, del presidente Alan García.

Las acciones ocurrieron el día 19 de junio de 1986. El acto tuvo como resultado más de 200 internos y 3 infantes de marina muertos producto del enfrentamiento. Tras la intervención, el penal fue demolido.



*fuentes
Aprodeh
CVR
Wikipedia
anic.utexas.edu





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