La sociedad
del espectáculo
Para ubicarnos en el contexto de
este documental, trata sobre los acontecimientos sociales y políticos en mayo
del 68’ en el país de Francia. El protagonista de este es Guy Debord, quien era
considerado un trasgresor del sistema social y político y debido a esto es que
fue perseguido y como consecuencia, sus pensamientos y teorías no tuvieron
mucha difusión. Debord formó parte del movimiento artístico del dadaísmo, este
fue la base sobre la cual fundó la Internacional Situacionista, la cual tenía
como pensamiento superar el arte en base a la realización de la vida. Otra de
los pensamientos que daban soporte al pensamiento Debord eran los de Marx,
Feuerbach, Hegel y Lukács.
La sociedad del espectáculo es un
libro con 9 capítulos que empieza a hablar sobre lo que Debord piensa sobre la
sociedad, esa sociedad consumista y sumisa, que manipula masas. A Debord le
preocupaba que la sociedad viviera ante una ficción, una deformidad de la
realidad. Por eso es que Debord propone que la sociedad se forme de gente que
tomen conciencia de sus vidas, que se cuestionen sobre lo que pasa en esta y en
ese sentido que tengan un propio juicio y que no sean influenciadas por este
espectáculo, creada por el sistema, que crea deseos y aspiraciones sin sentido,
que nos mantiene en constante estimulación y que al final hace que vivamos de
manera infeliz, que crea frustraciones y que nos intenta satisfacer con objetos
materiales. Debord se quejaba del sistema capitalista, sobre todo la sociedad
occidental de la cual formamos parte.
El creía que vivíamos de un
engaño, que dependíamos del sistema socio económico y que este nos manipulaba,
que nos vendía imágenes falsas de la realidad y que nos hacia tener nuevas
necesidades que no eran necesarias para nuestra existencia y de ese modo ellos
podrían hacerse de nosotros para con lo material, ser los robots de compra
perfectos para poder llenar los espacios vacíos que la sociedad estaba dejando
gracias al la falsa creencia de necesitar algo. Poco a poco sentía que la
sociedad adoraba estos productos de moda, que nos hacia consumir más de ellos y
de manera más rápida.
Sentía también que la sociedad
moderna era separatista, llegando al punto de discriminadora, basándose en los
niveles económicos y sociales y poniéndolos en diferentes clases, en clases de
trabajadores, incluso hasta países que eran medidos por cuan grande era su
industria, creía que nos ponían una baya muy alta a la que nunca podríamos
llegar, como una aspiración ficticia y eso solo nos hacia sentir insatisfechos.
Otro punto importante que toca
también es que siente que la cultura ha tomado un camino equivocado y ahora se
ha transformado en un elemento más que se separa de la unidad humana, que
divide y que también se ha convertido en un producto más.
Como conclusión, Debord ve
claramente como la ideología creada por el capitalismo y diseñada para dirigir
a la sociedad se muestra como en un espectáculo, algo material, que es la clara
expresión de la separación y del alejamiento entre los hombres, que era una
potencia de engaño. Así, crea locura en la población, una falsa conciencia,
perdida del ser mismo, y el engaño de donde estamos viviendo, que estamos
viendo, una vivencia que puede ser confundida fácilmente entre lo real o lo
falso.