La palabra imagen proviene del latín imago, utilizada para la representación visual de un objeto. Por
ende, no es real.
Una imagen tiene la capacidad de transmitir sensaciones
diferentes en cada receptor. Esta parte de un plano objetivo, para luego
responder de forma diferente en cada espectador, llegando incluso
a trasladarlo en el interior de la imagen, haciendo posible no solo ver, sino tocar una imagen. Este fenómeno se le conoce como háptica (proveniente del griego háptō).
La imagen, al ser una representación, es icónica y
simbólica.
El término ícono proviene del griego eikon, significa parecerse a.
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